28/2/11

cecs i sords

Hay una constante inmersión autista de lo mediático en un efímero presente que borra todo lo demás (EVM)


24/2/11

el govern local és govern

El gobierno local siempre se ha visto sometido a una doble lógica administrativa y política. Desde la lógica administrativa, los gobiernos locales existen en tanto son capaces de mejorar la provisión de determinados servicios públicos. En consecuencia, su justificación nos remite a conceptos como los de eficiencia o eficacia. Jeremy Bentham, el primer autor en referirse a los ayuntamientos como gobiernos locales, argumentaba su existencia a partir del aumento en la productividad que resultaba de una estructuración descentralizada -y jerarquizada- de la administración pública.

Desde la lógica política, en cambio, los gobiernos locales se justifican básicamente por su contribución al buen funcionamiento de la democracia. Para John S. Mill, desde posturas liberales, los gobiernos locales se justifican sobre todo porque producen efectos positivos sobre la política general. Proporcionan élites preparadas y ciudadanos educados. Dispersan territorialmente un poder que, de otra forma, tendería a centralizarse y a hacerse menos transparente. En la misma línea, aunque observando la otra cara de la moneda, los comunitaristas justifican los gobiernos locales por los beneficios políticos que generan en el propio municipio: incrementan la proximidad de la política, la capacidad de interlocución de los ciudadanos, la igualdad en el trato o la libertad de cada persona para participar en la construcción de su comunidad.

Hay que advertir de entrada que la lógica política adquiere matices importantes cuando se aplica al ámbito local. En este sentido, se ha esquematizado una distinción entre Política con P-mayúscula y política con p-minúscula. La primera se referiría a aquellas actividades destinadas a regular el conflicto social y a generar orden a través del ejercicio del poder. La segunda se aplicaría de modo más específico a la gestión de los conflictos que aparecen en la provisión de bienes y servicios públicos. Desde una aproximación politológica tradicional, la Política con P-mayúscula es generalista y se desarrolla en los niveles estatales, mientras que la política con p-minúscula es particularista y aparece como un componente esencial del gobierno local.


El “nuevo localismo”

…ha tomado fuerza en época reciente la observación de lo que la literatura especializada ha calificado como nuevo localismo. El nuevo localismo postula que en un entorno cada vez más diversificado y más globalizado el rol de los gobiernos locales no sólo no se ve debilitado sino fuertemente reforzado. Intentando formular lo más sintéticamente posible los argumentos del nuevo localismo, debemos referirnos a dos variables fundamentales: la diversificación de las demandas sociales y la globalización de la economía.

La aparición de un conjunto de nuevas tecnologías ha facilitado una gran flexibilidad en la producción de bienes y servicios. Flexibilidad que permite dar respuesta a las demandas cada vez más segmentadas y especializadas de una clase media cada vez más exigente y particularista. Además, los procesos de dualización social están marginando a un número creciente de nuestros conciudadanos, que no tienen acceso a ninguna prestación social, incapaces de hacer llegar sus necesidades la administración y que requieren de intervenciones que asuman la complejidad e su situación personal.

En este nuevo contexto, los gobiernos locales se encuentran en una situación privilegiada tanto para adaptar sus servicios a las demandas cada vez más diversificadas de sus ciudadanos-integrados como de acceder a las necesidades de sus ciudadanos-excluidos. De su posición de proximidad, en definitiva, se ha deducido un reforzamiento del municipio, entendido como el ámbito mejor situado para conocer y dar respuesta a las demandas y a las necesidades de los ciudadanos.

Por otro lado, el tan mencionado proceso de globalización económica también ha comportado la revitalización del ámbito local. Daniel Bell ha señalado que "... el Estado-nación es demasiado pequeño para los grandes problemas de la vida y demasiado grande para los pequeños problemas de cada día." En la primera parte de su afirmación, Bell se refiere al impacto de la globalización sobre unos Estados-nación que se ven superados por la creciente importancia de los asuntos supranacionales. Pero la parte que ahora más nos interesa de la afirmación de Daniel Bell es la segunda, pues nos permite intuir que algunos de los problemas, que sufrimos -de los pequeños problemas de cada día- podrían ser resueltos con mayor éxito en un nivel infraestatal; es decir, en el ámbito local.

Se trata, además, de una intuición corroborada por el propio dinamismo que, desde finales de los ochenta, están mostrando los entes locales. Los municipios canalizan un número creciente de demandas políticas y económicas, desarrollan iniciativas novedosas destinadas a ofrecer nuevas respuestas a los problemas de la colectividad, y participan en los múltiples escenarios donde se toman las decisiones que afectarán a la calidad de vida de los ciudadanos. Todo ello se debe a que el propio proceso de globalización potencia el rol de los responsables locales.

La hipotética superación del Estado-nación desde el flanco internacional y desde el flanco local provoca una profunda alteración en la formas de gobernar. En contraste con el centralizado y universalista Estado de Bienestar tradicional, el nuevo Estado aparece descentrado y localista. Las jerarquías de gobierno se desmoronan para reaparecer bajo la apariencia de una compleja red de actores y relaciones. Una red donde los representantes locales dejan de ser un simple eslabón en la cadena de mando para convertirse en actores políticos y económicos relevantes.

Ante este cambio de panorama, los políticos locales no pueden obviar su responsabilidad ni excusarse en un exceso de trabajo gerencial. Se ven empujados a ejercer como los actores políticos que son y aprovechar las oportunidades que en cada caso les ofrezca su comunidad y su entorno.

Aquest procés contrasta amb la percepció que la majoria encara sembla tenir dels governs locals: es veu en ells més una agència executiva que no un poder d'arrel política amb la seva legitimació electiva corresponent. Això podria explicar, en part, l'abstenció diferencial que hi ha als comicis locals ---> feina a fer: fer entendre la dimensió política del govern local, explicar-ho bé.
Extret de: JOSEP M. VALLÈS - QUIM BRUGUÉ: La dimensión política en el gobierno municipal español:algunas hipótesis. Papers de Formació Municipal, número 44, març 1998

Apologia del govern local

Es evidente que el gobierno local se enfrenta al futuro desde una agenda de actuaciones más compleja y heterogénea de lo que lo hacía años atrás. Pero, precisamente, el cambio de época en el que estamos inmersos resitúa la significación y la capacidad de gobierno de los ayuntamientos. La vida de los ciudadanos y ciudadanas está hoy más llena de incertidumbres y de dudas sobre su trabajo, su familia, su vida, de lo que lo estaba hace unos años. Estas incertidumbres planean sobre la realidad social y afectan la vida de pueblos y ciudades. Y cada vez más la calidad de la política se medirá a partir de lo que ocurra en la decisiva esfera de la cotidianeidad, de los estilos y formas de vida.

Son precisamente los ayuntamientos y sus equipos de gobierno los que desde posiciones de primera fila deben gestionar y tratar de implicar conjuntamente a la ciudadanía en la gobernación de la vida local, y en la resolución de unos problemas cada vez más complejos y más difíciles de resolver desde el nivel en el que están hoy situados los recursos y las estructuras de gestión de que disponen los gobiernos locales.

Si algo queda claro es que el bienestar individual y colectivo de los ciudadanos depende cada vez más de la capacidad de servicio y de la capacidad de gestionar servicios y recursos desde la proximidad de los gobiernos locales. Sin los ayuntamientos no hay bienestar ciudadano. Y este programa de servicios se presta, demasiadas veces, contando con recursos escasos y con grandes dosis de voluntarismo.

Esa constante labor de gestión de incidencias, de agente multinivel, se puede hacer mejor o peor. Pero lo que es seguro es que resulta cada día más relevante para el ejercicio de los derechos de ciudadanía y la poca o mucha calidad de vida de una población. Una población alejada de los vericuetos de poder y perdida en muchos casos ante la indiferencia de unos servicios autonómicos o estatales que pueden no sentir al mismo nivel esa presión directa y constante de la calle. Los problemas de la gente requieren políticas pensadas y gestionadas desde la proximidad, con lógicas trasversales y con mecanismos y estilos de gobierno y gestión participativos. Hace falta sumar esfuerzos, generar complicidades y consensuar procesos de avance, en el marco de unas opciones estratégicas definidas de manera comunitaria, aprovechando las oportunidades de la proximidad territorial. Ése es el reto de los gobiernos locales en los momentos que vivimos. Los necesitamos más que nunca.
Extret de: Joan Subirats (EL PAÍS, 27/10/06):

9/2/11

M'ha semblat sentir a la ràdio que a Barcelona estan sota una "boina" de contaminació. Al Pais Basc, si us plau, que deixin una oportunitat a l'esperança -tot i l'escepticisme obligat, és clar.

5/2/11

l'és i l'ha de ser

Enfront dels administradors oficials del realisme cal defensar que la Política no és -no ha de ser- simple administració, ni mera adaptació. És -ha de ser- configuració de possibles, disseny de marcs d'actuació, definició de nous espais públics. Es relaciona -s'hauria de relacionar- amb allò inèdit o insòlit, dimensions de la realitat que no són importants per a d'altres ocupacions socials ben honrades, però alienes a les inquietuds provocades per l'excès d'incertesa. El tipus d'acció que és -que hauria de ser- la Política no treballa únicament amb les regles de l'experiència, amb els ensenyaments còmodament emmagatzemats d'allò sabut. Qui sigui capaç de concebre la incertesa com oportunitat veurà com el desgast d'alguns conceptes tradicionals fa possible novament la Política com a força d'innovació i transformació. És urgent dur a terme una redefinició del sentit i dels objectius de l'acció política a partir de la idea de què en ella es coneix. És a dir, es descobreixen aspectes de la realitat i possibilitats d'acció que no poden percebre's des de les nostres pràctiques rutinàries i els nostres debats preconstruits. Tard o d'hora caldrà elaborar una definició pròpia de l'esquerra en camps com la seguretat, la inclusió social, Europa, el pluralisme o la mundialització. La intel·ligència política, ara, consisteix en aprendre la nova gramàtica dels béns comuns que es realitza en aquests afers -entre d'altres.

4/2/11

autoestima


Tanmateix, allò que ens constitueix no és que el que tenim sinó el que som - i el que fem. Tot i que, al cap i a la fi, entre ser, tenir i fer tampoc hi ha tanta diferència. I esperar, sommiar, desitjar, voler... estimar!


3/2/11

l'estrella

Coses nostres, coses bones que tenim. De nou, la cervesa que patrocina el Barça ha fet un anunci que fomenta l'autoestima col·lectiva. Potser és mirar-nos massa el melic, però es fa d'una manera gens provinciana, moderna -i amb una estètica contemporània i uns protagonistes adients. Potser s'han oblidat algun referent, i potser la tria és parcial -perquè no es menciona en Llach, com diu l'Eduard. Però no hi ha res de sobrer, tot està milimetrat eficaçment -el que diuen, qui ho diu, el que es veu, el moviment, el color, l'ambient, el paisatge. Potser sí que pot semblar pervers utilitzar l'apel·lació a valors tan sublims com a argument per a fer publicitat -més o menys, el que fa un banc (català, això si) amb Guardiola i el seu discurs. Però, què carai! Algú ho havia de dir: tenim la capacitat de tirar endavant, de sortir-nos-en. Cal agrair la injecció de moral, el bany de realisme.